A PRUEBA DE MUERTE

DIRECCIÓN: Quentin Tarantino
TÍTULO ORIGINAL: Death Proof (2007)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Quentin Tarantino
FOTOGRAFÍA: Quentin Tarantino
MÚSICA: Varios
DURACIÓN: 114 minutos

 
       

Héctor Campio López | @campiolopez

La exhibición en México de Death Proof, aquí titulada A prueba de muerte, viene acompañada de tres malas decisiones cuando menos: el diseño de un espantoso cartel publicitario que, en el mejor de los casos, remite a una película a gogó; la mutilación de los trailers falsos (de Quentin Tarantino y Robert Rodríguez) que acompañaron a la proyección de la película en otros países y, finalmente, un anuncio insertado al inicio de la película que advierte al público sobre la característica esencial del largomentraje.

Ese anuncio dice algo así como: "La cinta que van a ver a continuación es una parodia de las películas de los años setenta, contiene rayaduras, saltos en el montaje e imagen dañada, por favor no se vayan a asustar porque ese es el chiste de la película". Qué barbaridad. Dios nos libre de pendejos con iniciativa.

Es difícil decir que Death Proof sea un tarantinazo, más cuando el nombre del director ha dejado de ser referencia de un tipo de cine, para volverse una marca comercial. Lo que se ve en esta película es, desde luego, mucho ingenio, pero uno que sólo complacerá a los incondicionales del director, a aquellos que disfrutaron por igual la sádica Perros de reserva y la somnífera Jackie Brown.

La película pude dividirse en dos partes. En la primera vemos a un grupo de mujeres sexys en shorts que se divierten en su auto, conversan largamente sobre sus ligues y deciden divertirse en un bar. En el lugar tienen un encuentro con un hombre poco agraciado y aparentemente misógino que decide matarlas por diversión. Quienes disfruten de las amputaciones violentas y en cámara lenta, van a quedar fascinados con la feroz colisión de autos que pone fin a esta primera historia.

La segunda parte lleva la historia a sus límites en sentido inverso: vemos al cazador cazado. Cuando Stuntman Mike (el nombre de este psicópata personificado por Kurt Rusell) decide divertirse con su auto "a prueba de muerte" con otro grupo de mujeres, sus cálculos resultan equivocados y dan lugar a la venganza de las féminas en una vertiginosa persecución de autos chocones.

Con todo, A prueba de muerte nos devuelve al Tarantino mismo, al escritor de prolongadísimos diálogos con altos niveles de acidez y cinismo, al creador de sangrientos engendros visuales, a la voluntariosa imaginación que lleva a escena situaciones ridículas y absurdas, al cineasta que inserta referencias de sí mismo y de sus otras películas, a la rockola que crea nostalgias musicales donde antes no existían. En fin, la síntesis de un ego artístico.

Los diálogos tarantinescos, que en esta ocasión se prolongan por varios minutos, crean un efecto de suspenso prolongado. Uno se espera que el asesino salga de pronto por debajo de la mesa o que una de las chicas se desnude de un momento a otro como para justificar la espera, pero no hay que frustrarse, mejor esperar.

Son para coleccionarse algunas perlas, como aquella que dice Stuntman Mike a "Butterfly" (Vanessa Ferlito), una de las chicas bonitas, cuando advierte su tristeza porque ningún galán le ha invitado una copa: "No hay nada más bello que mirar el ego herido de un ángel hermoso". Cuánta verdad.

 
 
 
 
       

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