Juan Carlos Romero Puga | @jcromero
El concepto de "amigos con derechos" se ha convertido en un nuevo recurso de la comedia romántica. De entrada, la "audacia" del sexo sin amor parece marcar distancia con los convencionalismos del género, pero fuera de alguna notable excepción, las historias de este tipo no han logrado escapar a las fórmulas conocidas y el final modélico.
Innegablemente divertida, Amigos con beneficios ataca de nuevo esa premisa argumental con una primera hora dedicada a hacer pedazos las cintas románticas de Hollywood y sus relaciones idealizadas, con varias observaciones agudas sobre los clichés argumentales y la música que le indica a la gente cómo sentirse en cada tramo de la historia. Sin embargo, el director Will Gluck termina sucumbiendo a los lugares comunes.
En la historia, Jamie (Mila Kunis) es una cazadora de talentos, quien tiene la misión de llevar a Dylan (Justin Timberlake) de Los Ángeles a Nueva York y convertirlo en director de arte de la revista GQ. Con pocos amigos en la ciudad y con un par de fracasos amorosos, ambos establecen una relación cercana que los lleva a convertirse en compañeros sexuales con la condición de que serán como jugadores de tenis: al terminar se darán la mano y seguirán con su vida.
Como puede anticiparse, esto no sucede; la visión irreverente sobre las relaciones de pareja va siendo traicionada, mientras los diálogos inteligentes y agradablemente procaces se van diluyendo, de manera que inevitablemente regresamos a los cauces habituales de la comedia romántica con la gastada dinámica de malentendido, separación y reconciliación final.
El tono autoparódico inicial que nos ponía a Jason Segel y Rashida Jones como protagonistas de una bobalicona comedia romántica dentro de la propia cinta, es sustituido por una historia que a ratos se toma demasiado en serio y que incluso ofrece un innecesario drama familiar que tiene como única cualidad alargar la cinta. En fin, después de una primera hora ingeniosa en la que la química entre los protagonistas resulta tan entretenida, creo que no se podía pedir todo. |