BOOGIE, EL ACEITOSO

DIRECCIÓN: Gustavo Cova
TÍTULO ORIGINAL: Boogie, el aceitoso (2009)
PAÍS: Argentina, México
GUION: Marcelo Paez-Cubells; basado en la historieta de Fontanarrosa
MÚSICA: Diego Monk
DURACIÓN: 82 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Creado hace ya casi cuatro décadas por el argentino Roberto Fontanarrosa, Boogie, el aceitoso fue conocido en México como el protagonista de una tira que aparecía semanalmente en la página final de la revista Proceso. Mercenario despiadado, veterano de Vietnam, Nicaragua y la Guerra del Golfo, el personaje —que además odiaba a judíos, negros, homosexuales mujeres y latinos— nació como una crítica del imperialismo estadounidense y el negocio de la guerra.

Puede decirse que la adaptación para cine de la historieta, a cargo de Gustavo Cova, lleva la violencia animada a otro nivel, permitiéndose excesos no solamente en el plano gráfico, con ejecuciones brutales que salpican la pantalla, sino que intenta mantenerse fiel a la incorrección de las historias semanales de este matón a sueldo, con su abuso verbal hacia las mujeres y su uso de inocentes como escudo.

No obstante, en su versión fílmica, Boogie, el aceitoso es apenas una colección de grandes momentos sacados de las viñetas e insertados a manera de pequeños gags en una historia dispareja de casi hora y media en la que el misógino personaje incluso toma bajo su proteción a Marcia, ex amante del mafioso Sonny Calabria y testigo fundamental en un importante juicio.

En su montaje, Cova y su equipo introducen claras referencias a cintas como Sin City y homenajean el estilo desbocado de Quentin Tarantino con todo y su fascinación por los spaghetti westerns. El trabajo de animación que combina 2D y 3D, el cuidado puesto en la elaboración de escenarios fotorrealistas es verdaderamente notable; sin embargo, los ilustradores no usan un criterio uniforme con los personajes, pues mientras Boogie y sus víctimas anónimas conservan el estilo de las viñetas de Fontanarrosa, otros lucen sobreestilizados.

Difícilmente, esta producción México-Argentina se volverá memorable; las secuencias más abrasivas e irreverentes fueron directamente tomadas de las tiras cómicas de Boogie. La cinta está lejos del espíritu subversivo y crítico de la obra original, que usaba clichés para después dinamitarlos con alguna aguda observación; acá, esos clichés sirven para sostener una trama que a ratos carece de audacia.

 
 
 
 
 
       

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