BUZA CAPERUZA

DIRECCIÓN: Cory Edwards, Todd Edwards, Tony Leech
TÍTULO ORIGINAL: Hoodwinked! The True Story of Red Riding Hood (2005)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Cory Edwards, Todd Edwards, Tony Leech
MÚSICA: John Mark Painter, Kristin Wilkinson
DURACIÓN: 80 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Si algo le debe el cine a Shrek, es el haber irrumpido en un mundo habitado por seres siempre correctos, pero enormemente aburridos. En 2001, el cine infantil dejó de ser intocable y de parecer un insufrible producto del franquismo en el que lo importante era moldear niños buenitos.

Sin el presupuesto de otras producciones animadas, Hoodwinked (en México, Buza Caperuza) es un trabajo modesto, con algunas buenas ideas que parten del conocido relato de Caperucita Roja de los hermanos Grimm. En realidad, la cinta inicia donde el cuento termina: el momento en que el Lobo Feroz salta sobre Caperucita, haciéndose pasar por su abuela, y un leñador irrumpe en la casa.

Cory y Todd Edwards, así como su codirector Tony Leech, se proponen desde el inicio hacer una película que subvierte las constantes básicas de los cuentos tradicionales, de modo que tras el incidente en la casa de la anciana vemos a los personajes rindiendo declaración mientras afuera se ven autos de la policía y un cordón que marca lo que parece ser la escena de un crimen.

Lamentablemente, el filme tiene varios fallos que lo hacen desmerecer de su ingenioso planteamiento. Dos de los más importantes son las largas y superfluas secuencias de acción que interrumpen los buenos momentos de humor, y las canciones, de verdad insufribles para quienes siempre hemos odiado los numeritos de este tipo en cualquier película.

Buza Caperuza es, pues, un trabajo de menor metraje, pero llevado hasta los casi 80 minutos de duración, de manera tal que pareciera tratarse de una sucesión de gags, apenas interrumpidos por elementos innecesarios.

A pesar de ello, se antoja pensar que si la película hubiera contado con un poco más de presupuesto en el apartado de la animación o con el respaldo de alguno de los grandes estudios, habría tenido mejor fortuna. Más allá de lo limitado del trabajo de animación —en realidad el único personaje que me pareció mecánicamente inexpresivo fue el de Caperucita—, el ver un clásico infantil vinculado a temas como violencia doméstica, allanamiento de morada y alteración del orden público, tiene mucho atractivo.

La versión en inglés de la cinta tiene un reparto de voces multiestelar, con Anne Hathaway, Glenn Close y James Belushi en los roles principales; no obstante, si hay algo verdaderamente extraordinario en la versión que se exhibe en nuestro país es el trabajo de los actores de doblaje que encabezados por Sheila, Omar Chaparro y Rubén Cerda hacen de una película dispareja una experiencia entretenida.

Mención aparte merece Manuel Loco Valdez, quien lleva la tarea de darle voz al Lobo Feroz y quien trae de regreso a la memoria colectiva su participación, en 1959 y 1960, en tres películas de Caperucita Roja, en las que se encargaba del mismo rol.

Los diálogos están llenos de bromas y referencias locales -— que me hace pensar que la cinta no irá al resto del continente con estas voces—. Destacan mucho algunos giros matizados con temas políticos de actualidad y pequeños guiños a personajes insertos en la vida pública.

Sin el despliegue visual y el nivel de detalle alcanzado por Pixar o Dreamworks, Buza Caperuza es una película que merece la oportunidad, porque en medio de sus limitaciones da más que muchos filmes dirigidos a los niños y porque aunque no logra mantener el mismo ritmo, tiene alma.

 
 
 
 
       

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