CHICKEN LITTLE

DIRECCIÓN: Mark Dindal
TÍTULO ORIGINAL: Chicken Little (2005)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Steve Bencich, Ron J. Friedman, Ron Anderson, basados en un argumento de Mark Dindal y Mark Kennedy
MÚSICA: John Debney
DURACIÓN: 81 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Otra vez la misma historia. Podrán decir lo que quieran, podrá hablarse de las millonarias entradas en taquilla, de la publicidad y de la parafernalia alrededor de cada uno de sus filmes, pero Disney se ha quedado rezagado y se empeña en hacer un cine aburridísimo.

Por supuesto, ni Los Increíbles ni Buscando a Nemo ni Toy Story pueden ser considerados éxitos de la empresa de Mickey Mouse, ya que tanto su hechura como los guiones fueron mérito absoluto de Pixar. Tratando de demostrar que son la quintaesencia del cine infantil, los dueños del consorcio hicieron su propia película animada por computadora y contrataron un elenco de famosos para que fueran las voces de sus horrendos monos. Chicken little llamaron el experimento.

Y no es broma. La cinta no podría ser más aburrida, predecible y anodina, aunque quiera parecer cool. Muchos podrán pensar que los planos dibujados son peculiares, pero la verdad es que se trata de gráficos mal hechos, planos, sin gracia, personalidad ni inventiva. Éstos y el guion parecen francamente hechos sobre las rodillas.

Chicken little, de acuerdo con la historia, es un pollito tímido, con una pésima reputación luego de haber causado una alarma masiva al anunciar la caída del cielo. Nadie le cree, ni siquiera su papá, así que trata de reivindicarse y lo logra a medias, hasta que otro pedazo de cielo le cae encima. La película podría terminar en la mitad de tiempo si no fuera porque el conflicto que le da razón a la historia vuelve a surgir.

Fuera del personaje principal, del cual se presume fue hecho con mucho trabajo, delineando casi cada una de las plumas de su cabeza, el resto de los personajes parecen muñecos de peluche de puesto pirata. No hay rzón para dudar que a los niños más pequeños la historia les guste; el problema está en que lo adultos necesitan más que una bolsa de palomitas grandes y un refresco para sobrevivir la experiencia.

Hagan la prueba; vean Chicken little y esperen al estreno de la próxima última cinta producida por Pixar para darse una idea de la brecha que Disney tiene aún por cerrar.

A propósito, cintas infantiles como Madagascar la libraron gracias a los actores de doblaje que le imprimían gracia y personalidad a la película. Acá no hay ni cómo ayudarles; las voces son tan planas como la cinta entera, sin intención, pero los distribuidores ni se enteran.

 
 
 
 
 

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