CHRISTOPHER ROBIN, UN REENCUENTRO INOLVIDABLE

DIRECCIÓN: Marc Forster
TÍTULO ORIGINAL: Christopher Robin (2018)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Alex Ross Perry, Tom McCarthy, Allison Schroeder
FOTOGRAFÍA: Matthias Koenigswieser
MÚSICA: Jon Brion, Geoff Zanelli
DURACIÓN: 104 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Christopher Robin: Un reencuentro inolvidable no oculta en ningún momento su candidez, su intención didáctica, su mensaje sobre una adultez llena de responsabilidades que termina por casi asfixiar al niño interior que se resiste a morir dentro de cada uno. Su protagonista es justamente aquel niño, amigo de Winnie Pooh, Piglet, Ígor y Tigger, Buho, Cangu y Rito, personajes del Bosque de los Cien Acres, de quienes ha llegado el tiempo de despedirse, pues hay que irse a continuar la vida lejos de ahí, en un internado.

Eventualmente, llegado a la mayoría de edad, Christopher (Ewan McGregor)  termina en Londres, donde forma una familia, con una bella esposa y una pequeña hija con la que convive poco, pues su trabajo en una empresa que fabrica valijas de viaje, lo orilla constantemente a romper su palabra y defraudarlas, al punto de cancelar las vacaciones que han planeado juntos.

Si bien se conoce que Christopher Robin era en la realidad hijo del escritor Alan Alexander Milne, creador de los cuentos del osito  Pooh, y que alimentó cierto resentimiento por las ventas masivas de libros que le daban una atención que él no deseaba, en la ficción del director Marc Forster, el personaje ha alcanzado una madurez que le exige hacer un recorte de personal ante las presiones presupuestales de su empresa, lo que más allá del normal dilema moral que esto implica, no lleva a un debate profundo sobre las virtudes y las miserias humanas.

La cinta se queda en el terreno infantil y se niega a abandonar su candor. A diferencia de su amigo humano, Winnie Pooh extraña los tiempos juntos y un buen día decide pasar por el hueco de la vieja casa del árbol de Christopher Robin sólo para hallar una salida hacia Londres, donde se reencontrará con él.

Acaso pieza complementaria de Finding Neverland (2004), que también ocurría en ese terreno donde la vida real y la imaginación se encuentran, esta cinta de Marc Forster carece de profundidad en su abordaje del mundo adulto, lo que la hace predecible, pero también impone el tono adecuado para que las frases más sencillas y candorosas del osito Winnie Pooh sean un recordatorio de lo que es realmente importante, es decir, no perder el contacto con el lado más puro de uno mismo, que son los sueños de niñez.

 
 
 
 
       

CANAL RSS
YOUTUBE
CONTÁCTANOS


DISTRITO CINE. Los contenidos de este sitio están sujetos a una licencia Creative Commons 2.5, con excepción del material (fotos, imágenes, videos) procedente de terceros.