GOL II. VIVIENDO EL SUEÑO

DIRECCIÓN: Jaume Collet-Serra
TÍTULO ORIGINAL: Goal II: Living the Dream (2007)
PAÍS: Reino Unido, España, Alemania
GUION: Mike Jefferies, Adrian Butchart, Terry Loane
FOTOGRAFIA: Flavio Martínez Labiano
MÚSICA: Stephen Warbeck
DURACIÓN: 115 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Si la primera parte de Gol había sido rescatada del desastre por la enorme generosidad del Newcastle United de la Liga Premier inglesa, que dio a Kuno Becker y varios otros actores más la oportunidad de convivir con verdaderas estrellas locales y usar las instalaciones del club, dando a la cinta cierta credibilidad de la que la trama carecía, olvídenlo; la segunda parte de la historia ofrece mucho menos.

Y es que crear un ambiente de real dramatismo a partir de una ficción sobre un juego como el soccer —Escape a la victoria (1981) quizás es una de las más comedidas en ese sentido— representa mucho más trabajo que el que puede verse en Gol II. Viviendo el sueño.

Es evidente a estas alturas que el proyecto original de filmar una trilogía sobre el ascenso como futbolista del mexicano Santiago Muñez (Kuno Becker) no contaba ni siquiera con tres guiones sólidos, terminados, susceptibles de ser mejorados en beneficio de una historia que parece agotada desde el primer capítulo.

Sin nada más interesante para contar acerca de los humildes orígenes del jugador, esta segunda entrega de Gol, a cargo de Jaume Collet-Serra (realizador de varios videoclips y comerciales, pero de una sola película, La casa de cera) se agota en contarnos lo que sucede en la vida de Muñez, quien ahora tiene para comprar una casa enorme, un Lamborghini y asistir a fiestas cuyas reseñas aparecen en las páginas de las revistas del corazón.

El planteamiento no presenta nada que no haya sido demasiado tocado ya, como para no conocer la receta: un joven talento, comido por la fama que lo aleja de sus valores y de sus seres queridos, y cuya redención ocurre cuando se descubre solo, sin amigos y alejado de las personas que lo rodean.

El giro atractivo de la película residía por mucho en la pretendida contratación del mexicano para el cuadro titular del Real Madrid, la oportunidad de verlo vestir la legendaria camiseta blanca y salir a la cancha del Santiago Bernabéu con Zidane, Ronaldo, Roberto Carlos, David Beckham o Raúl. Pero ni por ahí es posible salvar la cinta del naufragio. La interacción de los actores con el equipo es mínima, las tomas aisladas de unos y de otros es lo más que uno puede llegar a ver en el filme. La orden más importante durante el rodaje fue, evidentemente, la de no interferir en las charlas, entrenamientos o reuniones de preparación del cuadro titular de cara a los juegos. El problema es que las restricciones se notan en el flojísimo producto que resulta ser la película entera.

Kuno Becker luce demasiado rígido y su relación con el resto se siente poco fluida, al grado de que el carisma de Alessandro Nivola, quien interpreta al veterano inglés Gavin Harris, lo hace desaparecer de pantalla durante varios momentos. Honestamente, uno llega a pensar que la historia de éste es más interesante: un veterano de las canchas, en una mala racha, con su mejor amigo peleándole la titularidad en un equipo como el Real Madrid y al mismo tiempo tratando de exprimir al máximo los momentos contados de fama y oportunidad que le quedan.

En Gol II no hay ningún rasgo de la pasión que involucra el juego, hay escenas coreografiadas y goles inexistentes fabricados de manera digital en una computadora para un actor-jugador de limitados talentos en ambas funciones. La falta de juego emotivo es reemplazada con una aburrida telenovela sobre hijos abandonados y reencuentros providenciales. No hay nada que justifique una tercera parte; es obvio que este proyecto no cuenta siquiera con una buena historia.

 
 
 
 
       

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