HARRY POTTER Y LA ORDEN DEL FÉNIX

DIRECCIÓN: David Yates
TÍTULO ORIGINAL: Harry Potter and the Order of the Phoenix (2007)
PAÍS: Reino Unido, Estados Unidos
GUION: Michael Goldenberg; basado en la novela de J.K. Rowling
FOTOGRAFÍA: Slawomir Idziak
MÚSICA: Nicholas Hooper
DURACIÓN: 138 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Los lectores de las cinco novelas de Harry Potter que hasta ahora han sido adaptadas para la pantalla grande lo sabrán mejor que yo. Harry Potter y la Orden del Fénix elimina en exceso material del libro, modifica roles y abrevia demasiado la participación de personajes que en la versión escrita juegan posiciones de más valor y trascendencia.

La comparación libro-película es injusta por supuesto; no es posible establecer si las dos horas y dieciocho minutos que dura el filme debieron bastar para resumir las casi 900 páginas de la novela. Pero algo queda claro: las dudas que quedan al final se deben a un deficiente desarrollo de la historia y no a lo que J.K. Rowling dejó pendiente de contar para sus siguientes libros.

Eso queda claro en la incorporación de varios personajes nuevos, cuyo origen y participación en esta batalla de hechiceros no es suficientemente explicada y en un final climático en el que los elementos más confusos no son resueltos satisfactoriamente.

David Yates, británico con amplia experiencia como realizador de televisión, permite confirmar que el estilo de la serie está bien marcado, con total independencia de quién sea el director de escena; las diferencias están definidas en todo caso por la profundización que cada uno ha hecho de diversos aspectos de una historia que ha evolucionado notablemente desde Harry Potter y la piedra filosofal, la primera pieza de la franquicia.

De regreso a su quinto año de estudios en el Colegio Hogwarts, y convertido en un adolescente, Harry Potter se enfrenta a una campaña de aislamiento incitada desde el Ministerio de Magia y una gran parte de la comunidad de magos, los cuales consideran que su enfrentamiento con el maligno Lord Voldemort es una mentira. Es decir, nadie está dispuesto a admitir la posibilidad de que el señor oscuro haya vuelto.

Al mismo tiempo, a instancias de un grupo de burócratas, Dolores Umbridge (Imelda Staunton), una dama de disciplina inquisitorial, es colocada como nueva maestra de defensa contra las artes oscuras, pero sus métodos arcaicos y meramente teóricos dejan a los jóvenes hechiceros escasamente preparados para defenderse de un inminente ataque de Voldemort, así que Harry y un grupo de estudiantes que se hacen llamar a sí mismos el "Ejército de Dumbledore", deciden prepararse por su cuenta para la batalla que muy pocos ven venir.

De esta quinta parte han desaparecido los elementos humorísticos, las disputas estudiantiles entre las casas de Gryffindor y Slytherin, los torneos de quidditch. A la vez, presenciamos un menor protagonismo de los amigos y de la larga lista de estrellas que interpretan a los maestros de Hogwarts. Sería un exceso decir que Daniel Radcliffe es el centro de todo, pero su creciente protagonismo y su proceso de maduración terminan opacando las subtramas que hacen un poco más amable todo lo narrado.

Pero mucha más gente de la que se cree, apreciará enormemente el cambio de tono en la propuesta narrativa, que ahora busca entre el público juvenil y adulto. Desgraciadamente, al esforzarse en dotarle de una necesaria agilidad, el relato empieza a copiar el esquema de las aventuras épicas del viejo maestro y el alumno, quien se debate ante la seducción de las fuerzas oscuras, y los enfrentamientos que cobran las vidas de amigos y aliados.

Dos elementos muy disfrutables, sin embargo, son las secuencias en las que un numeroso grupo de jóvenes se entrena en las artes de la defensa (lástima que al final sólo un puñado participe) y la batalla final que se desarrolla al viejo estilo de una cinta de vaqueros con un despliegue impresionante de efectos especiales. Mención aparte, por supuesto, merecen las actuaciones de Imelda Staunton, quien sabe despertar genuina antipatía al asumirse como dueña absoluta del colegio de magos, así como la etérea Luna Lovegood (Evanna Lynch), una pequeña y prometedora rubia que merecía un mejor desarrollo.

Sabemos que en el futuro de Harry Potter hay dos novelas y tres filmes más. David Yates repetirá como director, así que tiene una oportunidad de corregir los errores cometidos en una cinta que se impondrá a las críticas para ser un taquillazo.

 
 
 
       

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