UNA HISTORIA VIOLENTA

DIRECCIÓN: David Cronenberg
TÍTULO ORIGINAL: A history of violence (2005)
PAÍS: Estados Unidos, Canadá
GUION: osh Olson, basado en la novela gráfica de John Wagner y Vince Locke
FOTOGRAFÍA: Peter Suschitzky
MÚSICA: Howard Shore
DURACIÓN: 96 minutos

 
 
 
 
   
 
 

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

En el cine de acción, generalmente los asesinatos no tienen secuelas. Dos ejemplos: en la secuencia final de Duro de matar III, un helicóptero vuela en pedazos frente a Bruce Willis, a quien lo único que le interesa es conseguir una moneda para llamar a su ex esposa y reconciliarse con ella; en Vuelo nocturno, Rachel McAdams mata a dos asesinos a sueldo para media hora más tarde volver, como si nada, a su trabajo de gerente de hotel.

En Una historia violenta pasa un poco lo contrario. Tom Stall (Viggo Mortensen) lleva una vida tranquila y sin muchas complicaciones en el pueblo de Millbrook, Indiana, donde vive con su esposa y dos hijos. Pero todo cambia cuando dos delincuentes entran a su restaurante con la intención de robar y asesinar. Al ver que sus clientes y amigos corren peligro, los enfrenta matando en defensa propia a ambos criminales.

Aplaudido como un héroe, la vida de Tom cambia de la noche a la mañana y de repente se encuentra convertido en el centro de atención de todos los medios. Incómodo con esta fama no buscada, intenta volver a su vida normal, pero su acto atrae la atención del mafioso Carl Fogarty (Ed Harris), que cree que Tom es el pistolero que años atrás casi lo mata.

Paralelamente, la cinta abre paso a la historia de Jack (Ashton Holmes), el hijo mayor de Tom, quien es víctima de un abusador en la preparatoria. Introvertido, pero hábil para evitar los enfrentamientos físicos, el muchacho simplemente pasa un mal momento y un buen día decide responder las agresiones de forma poco ortodoxa.

Cronenberg, antes director de La mosca y de Crash: extraños placeres, tiene dos grandes aciertos en esta cinta. Primero, hace un buen trabajo en sólo hora y media, sin tener que alargar innecesariamente el relato, y aunque hacia la segunda mitad se pierde algo de la magia del relato sobre el padre de familia confundido por mafiosos, el remate es muy bueno.

En segundo lugar está el hecho de introducir ciertas vueltas de tuerca —como la desaparición de personajes que uno cree que verá toda la película—, que si bien no son determinantes en el desarrollo, mantienen alerta al espectador.

Finalmente, lo valioso del filme radica en su reflexión, así sea mínima, sobre la violencia y la forma en que disparar un arma, sin importar si es en defensa propia, trastoca la vida de un individuo y su familia.

 

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