KUNG FU PANDA

DIRECCIÓN: John Stevenson, Mark Osborne
TÍTULO ORIGINAL: Kung Fu Panda (2008)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Jonathan Aibel y Glenn Berger; basado en un argumento de Ethan Reiff y Cyrus Voris
FOTOGRAFÍA: Yong Duk Jhun
MÚSICA: Hans Zimmer, John Powell
DURACIÓN: 92 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga| @jcromero

Aun sin contar con una trama particularmente ingeniosa o incluir bromas, guiños o referencias reconocibles para el público adulto, Kung Fu Panda cuenta con elementos suficientes para divertir a un público mayor de edad, mientras les deja un mensaje positivo y hace pasar un buen rato a los niños.

La historia no tiene mayores sofisticaciones. Un panda llamado Po (voz en inglés de Jack Black) sueña todos los días con ser un maestro del kung fu, sin embargo, su vida parece estar atada al negocio de fideos que atiende con su padre, un afanado gansito para el que todo lo importante parece estar en la cocina.

Por un accidentado capricho del destino, durante una ceremonia solemne, Po es elegido como el Guerrero Dragón, ante el asombro del propio maestro Shifu (Dustin Hoffman) y sus cinco guerreros más aventajados: Tigresa (Angelina Jolie), Mono (Jackie Chan), Víbora (Lucy Liu), Grulla (David Cross) y Mantis (Seth Rogen). Lo peor de todo es que sobre el panda pesa la responsabilidad de pelear y vencer a Tai Lung (Ian McShane), un peligroso leopardo de las nieves que ha logrado escapar de una prisión con mil guardias.

Pese a su sencillez narrativa, Kung Fu Panda no es una cinta barata; el trabajo empeñado en el diseño de escenarios, sus personajes más importantes y el colorido en general, es notable. Asimismo, a contracorriente de algunas películas infantiles que venían dedicándose a repetir —ya demasiado— la historia de una pareja o un grupo de animales metidos en un largo viaje de aventuras, durante el cual ponían a prueba su amistad, ésta opta por poner de relieve el valor de la individualidad y de que no importa lo que digan los demás, uno puede lograr todo lo que se proponga.

Como puede adivinarse, lo que mejor funciona de esta hora y media, son los gags relacionados con la gordura de Po, su entrenamiento en artes marciales bajo la vigilancia del pequeño maestro Shifu y su falta de autocontrol con la comida, que a la par de algunas secuencias de acción y metáforas sobre la comida y la vida, son suficientes para pasársela bien. Nada grandioso, pero bien.

 
 
 

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