LA LLAVE MAESTRA

DIRECCIÓN: Iain Softley
TÍTULO ORIGINAL: The Skeleton Key (2005)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Ehren Kruger
FOTOGRAFIA: Dan Mindel
MÚSICA: Edward Shearmur
DURACIÓN: 104 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

No hay nada que lo desanime más a uno a la hora de escoger una película que enterarse de que su mayor virtud radica en tener al mismo director, productor o guionista de algún éxito pasado.

Si el filme pertenece al género de terror o suspenso, el gancho en la actualidad consiste en tener en el equipo de producción a alguno de los realizadores de El Aro. Agua turbia fue el caso y resultó decepcionante. Con La llave maestra la estrategia se repite; su guionista, Ehren Kruger es también guionista de la versión estadounidense de El Aro, pero vale decir que esta vez el resultado es bastante más afortunado.

La historia se desarrolla en una vieja y descuidada mansión, en medio de los pantanos y ciénagas del sur de Louisiana. En ella habita una pareja de ancianos, pero el marido ha sufrido una apoplejia.

Caroline Ellis (Kate Hudson) trabaja como enfermera y es contratada para cuidar del anciano enfermo. Al investigar los hechos que dejaron al hombre postrado en cama, la joven curiosea por la propiedad, hasta dar con un ático, usado décadas atrás por una pareja de sirvientes negros para realizar extraños ritos de judú –que no vudú, como se explica en la cinta– y que serían la causa de la enfermedad del hombre.

Es cierto que durante varios momentos, el director se vale de recursos muy manidos para prolongar y distender el suspenso. Como cientos de películas lo han hecho, en ésta también existen largas secuencias con ruidos y gente corriendo en un ático que se supone abandonado, situación que -está por demás decirlo- despierta la curiosidad casi suicida de la protagonista, quien se va adentrando en el mundo de lo sobrenatural, aun sin creer en él.

Hay pocos momentos de verdadero sobresalto y la película transcurre en realidad en un tono medio de suspenso que no hace una gran diferencia con otros filmes del género. Las actuaciones de Gena Rowlands como la enigmática y conservadora Violet Devereaux, dueña de la casa; John Hurt, en su papel de tetrapléjico, y Hudson, como la chica inteligente, pero entrometida, sacan a flote el trabajo durante la más de hora y media que dura el relato.

No obstante, es la mano del director Iain Softley la que hace la diferencia. Tal como lo hiciera con su anterior trabajo, K-Pax (2001), donde introdujo un leve giro al desenlace, resignificando toda la cinta, La llave maestra no está exenta de una vuelta de tuerca que hace caer varias piezas en su sitio y que elimina la idea de que Softley sea un director de tantos.

 
 
 
 
       

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