LA MISMA LUNA

DIRECCIÓN: Patricia Riggen
TÍTULO ORIGINAL: La misma luna (2007)
PAÍS: México, Estados Unidos
GUION: Ligiah Villalobos
FOTOGRAFÍA: Checco Varese
MÚSICA: Carlo Siliotto
DURACIÓN: 106 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Una de las críticas más severas que se han escrito sobre La misma luna, fue publicada hace apenas unos días en The New York Times. En ella, Jeannette Catsoulis asegura que la directora Patricia Riggen y su guionista Ligiah Villalobos emplean demasiado tiempo canonizando a sus protagonistas y esforzándose en hacer llorar al público, como para mostrarnos algo medianamente novedoso sobre el tema de la migración.

A fuerza de ser justos, tendríamos que concederle algo de razón a la articulista. La misma luna reproduce varios de los estereotipos más recurrentes en este tipo de historias, reduciendo todo a un problema de dos dimensiones en las que sólo parecen existir la gente blanca mala y la gente morena trabajadora y explotada.

No obstante, también hay que agregar que se trata de una cinta bien actuada, de una llamativa banda sonora, con momentos emotivos y honestos, aunque con serios problemas en el guion, pues aun cuando la relación entre los personajes fluye de manera orgánica, los diálogos entre ellos parecen demasiado estudiados y poco naturales.

Rosario (Kate del Castillo) es una mujer del norte de México que trabaja ilegalmente en Los Ángeles como empleada del servicio doméstico. Parte del poco dinero que gana, lo emplea para sostener a su hijo de apenas nueve años, Carlitos (Adrian Alonso), quien vive con su abuela enferma. El único contacto entre ambos se da a través de las llamadas telefónicas que ella le hace la mañana del domingo.

Cuando llega el momento de la muerte de su abuela, el niño toma la decisión de escapar para intentar reunirse con su madre en Estados Unidos, aunque cruzar la frontera sea el más pequeño de los problemas a los que tenga que enfrentarse para llegar a los barrios latinos de la ciudad californiana. Como una aventura de coraje infantil, la trama va colocándole a lo largo del camino a otros personajes, paisanos mexicanos todos, entre quienes encontrará la solidaridad que necesita.

Predecible, pero no necesariamente aburrida, la cinta tiene su encanto, al menos para rasguñar la piel y la sensibilidad de los inmigrantes —no por nada su estreno alcanzó la inusual cifra de 266 salas en toda la Unión Americana— que de una u otra forma se identificarán con la temática.

Asimismo y aunque durante años se le ha encasillado por sus gags televisivos, posiblemente nadie tenga una presencia más notable en pantalla como Eugenio Derbez; con sólo dos o tres pinceladas de humor y un trabajo tomado a pecho, el tipo se roba por completo el filme en su interpretación de un indocumentado hosco que termina desviándose en su viaje para hacer compañía al niño. Claro, sería una tontería desdeñar el empeño que ponen otros como Gabriel Porras, Maya Zapata o la misma Kate del Castillo.

La misma luna sólo puede ser vista como un trabajo desbordante de optimismo e idealización de la solidaridad entre los paisanos. Los obstáculos aparecen y desaparecen mágicamente, mientras que lo único que aparentemente une los elemento de la trama es la casualidad o un destino muy caprichoso. Sin duda, una cinta que será acogida con entusiasmo por mexicanos en ambos lados de la frontera, pero que para el público anglosajón y para una audiencia más exigente resultará una lectura simplista de un problema que divide opiniones.

 
 
 
 

CANAL RSS
YOUTUBE
CONTÁCTANOS


DISTRITO CINE. Los contenidos de este sitio están sujetos a una licencia Creative Commons 2.5, con excepción del material (fotos, imágenes, videos) procedente de terceros.