MISTERIOSA OBSESIÓN

DIRECCIÓN: Joseph Ruben
TÍTULO ORIGINAL: The forgotten (2004)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Gerald Di Pego
FOTOGRAFIA: Anastas N. Michos
MÚSICA: James Horner
DURACIÓN: 91 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Telly Paretta (Julianne Moore) es una mujer que a catorce meses de la muerte de su pequeño hijo, en un accidente de aviación, no logra superar la pérdida a pesar del apoyo constante de su terapeuta, quien, si acaso, logra limitar el tiempo que la mujer dedica a pensar en él.

Sin embargo, los recuerdos de Telly comienzan a presentar fisuras; objetos e imágenes comienzan a desaparecer de manera repentina, los pretendidos videos caseros de la familia están en blanco y cada uno de los elementos que le hacían evocar al hijo perdido han sido sacados de la casa, al grado de que Sam (su hijo de ocho años) ha desaparecido incluso de la foto familiar en la que ambos aparecían al lado de Jim (Anthony Edwards), el marido de ella, por lo que culpa a éste de querer arrebatarle de la manera más cruel el recuerdo del niño.

Tanto su esposo como su psiquiatra, el doctor Munce (Gary Sinise), intentan explicarle a Telly que ella nunca tuvo hijos y que todo —incluso los ocho años que pretende haber sido madre— es una ilusión producto del choque traumático y un estado alterado de conciencia. De hecho, los mismos diarios de la hemeroteca local parecen no haber registrado el trágico accidente. Es decir, que nada de lo que cree haber vivido sucedió jamás.

El inicio, sin duda es demoledor. La protagonista se enfrenta a la premisa de “toma todo lo que consideres valioso, tus momentos más entrañables, a tus seres más queridos y a todos tus afectos en general; deshazte de ellos, porque nada de eso es real”.

Sin embargo, tratando de explicarse la ficción que ella misma ha construido, la protagonista se encuentra con Ash Correll (Dominic West), el alcoholizado padre de una pequeña que murió en el mismo accidente que su hijo, pero quien no parece tener recuerdo de nada.

La simple reunión de estos dos personajes desata una persecución en su contra por parte de agentes de lo que parece ser un extraño equipo de seguridad del Estado. En su huída, y un poco más sobrio, Correll comienza a recuperar sus recuerdos sobre su hija, al tiempo que le confirma a su compañera de huída que no ha perdido la razón.

El resto es la búsqueda de respuestas, algunos giros inesperados y secuencias que sorprenden verdaderamente al espectador. Hay que dar crédito al director y al guionista, ya que si bien Telly y Ash encuentran su refugio en hoteles de paso, no se echa mano del sexo de ocasión ni se crea un lazo sentimental entre ellos, siendo consecuentes con la personalidad de su heroína: una mujer con un matrimonio esencialmente feliz.

Infortunadamente, la resolución de una trama de sí interesante deja un sentimiento de decepción respecto a lo que “pudo” hacerse con la historia. Los distribuidores de esta producción cometieron un terrible gazapo al publicitar el filme como el thriller más aclamado después de El sexto sentido.

La verdad es que Misteriosa obsesión anuncia desde mucho antes su final como para pretender ocupar un lugar importante como aquella, sin mencionar que las secuencias determinantes en el desenlace parecen sacadas de algún capítulo de Los expedientes secretos X.

Julianne Moore tiene un ángel enorme para animarse a ver una película, que no es de ningún modo desdeñable. Simplemente, los creadores se quedaron a 25 minutos de lograr una gran película que parece habérseles ido de las manos.

 
 
 
 
       

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