Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

El más reciente trabajo del realizador estadounidense Alexander Payne, Pequeña gran vida, puede ser engañoso, pues a simple vista parece una comedia ligera que plantea la premisa fantástica sobre la posibilidad de reducirse a sólo 12 centímetros de altura como solución a los problemas de sobrepoblación, sustentabilidad y cambio climático que aquejan al mundo.

Sin embargo, en la trama hay una razón más poderosa para tomar la decisión de hacerse pequeños: el tipo de cambio que permite casi a cualquiera transformar sus modestos ahorros en millones de dólares, suficientes para hacerse de todo tipo de lujos y mantenerse de por vida. Paul Safranek (Matt Damon) y su esposa Audrey (Kristen Wiig) deciden dar el paso y mudarse a Laisureland para darse, justamente, una pequeña gran vida.

No obstante, la comedia que Alexander Payne elabora no se queda en la superficie, explotando las posibilidades del humor basado en el tamaño de las cosas. Más bien es una mirada algo cínica de la sociedad que somos, una visión desencantada del ser humano; y es que el hombre vil, el bon vivant o el comprometido con una causa no dejan de serlo a cualquier escala.

La utopía que representa Laisureland se esfuma demasiado pronto; la soledad, el sentirse inadecuado o fuera de lugar son un lastre que la gente sigue llevando consigo, además de que el procedimiento de reducción es también usado para los peores fines, creando inequidad, pobreza y marginación, elementos que, como en el mundo “normal”, se ocultan en las periferias para no incomodar a los privilegiados.

La tentación de los lujos, los sueños de riqueza se dan de frente con el realismo y la pequeña dosis de drama humano que aportan personajes como Ngoc Lan (Hong Chau), una perseguida política vietnamita que lejos de buscar salvar a la raza humana, transforma su diminuto mundo una persona a la vez. En todo caso, es ahí donde asoma cierto optimismo del director, para quien los avances científicos parecen destinados a ser insuficientes si las personas no crecen.