PIRATAS DEL CARIBE: NAVEGANDO AGUAS MISTERIOSAS

DIRECCIÓN: Rob Marshall
TÍTULO ORIGINAL: Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides (2011)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Ted Elliott, Terry Rossio
FOTOGRAFÍA: Dariusz Wolski
MÚSICA: Hans Zimmer
DURACIÓN: 137 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

La cuarta entrega de los Piratas del Caribe tiene como protagonista a un Jack Sparrow sin tripulación, sin barco, comparsa de una historia que no parece ser suya. Más aún, se trata de la segunda película más cara de la toda la saga, que si bien se destaca por su diseño de producción y sus bellos exteriores, carece de la espectacularidad visual de las anteriores.

Salvado de morir en la horca, Jack Sparrow (Johnny Depp) es alistado por la fuerza y obligado a trabajar con el mítico Barbanegra (Ian McShane), quien se ha propuesto encontrar la fuente de la eterna juventud, mientras uno de sus más viejos rivales, el capitán Barbossa (Geoffrey Rush), intenta llegar a ella y ponerla bajo el dominio de la corona británica que lo ha contratado como mercenario.

Navegando aguas misteriosas ofrece, al igual que sus antecesoras, largas escenas de acción física que pretenden ocultar la ausencia de un guion más ingenioso. Esta vez no sólo han desaparecido los personajes fantásticos recubiertos de corales o el suspenso que suele acompañar una buena cinta de aventuras con bucaneros; también la trama amorosa que en su momento protagonizaron Orlando Bloom y Keira Knightley es sustituida por un blando romance entre una sirena y un puritano.

Asimismo, pese a poner delante de su protagonista a Penélope Cruz en el rol de un antiguo y tormentoso amor, el guion está lejos de volverla una presencia decisiva en la historia; antes bien, se opta por bajar el perfil de Jack Sparrow (quien solía verse más ingenioso sin supervisión femenina), restar complejidad a la trama y dejar esta cinta sin ningún tipo de sorpresas.

Como ha sucedido antes, la fuente de la eterna juventud de esta cinta se convierte en un mero mcguffin que detona varias persecuciones y tediosos duelos de espadachines que han perdido hasta el pretendido tono épico que tenían las tres primeras. En otras condiciones sería difícil explicar por qué la gente continúa respondiendo a esta serie que parece agotada desde la segunda producción; sin embargo, no hay secreto: el éxito descansa en una sóla persona: Johnny Depp.

 
 
 
 
  

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