Clive Owen, Denzel Washington, Willem Dafoe, Jodie Foster">
 
 

 

 

EL PLAN PERFECTO

DIRECCIÓN: Spike Lee
TÍTULO ORIGINAL: Inside Man (2006)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Russell Gewirtz
FOTOGRAFÍA: Matthew Libatique
MÚSICA: Terence Blanchard
DURACIÓN: 129 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Partiendo del hecho de que se trata de un filme comercial, y aceptando su entendible distancia con otros trabajos de Spike Lee como Malcolm X o Haz lo correcto, El plan perfecto resulta ser un thriller bastante decoroso, aunque creo que decepcionante en un punto importante.

De inicio, la historia desarrolla una idea un tanto convencional, acerca de cuatro sujetos que irrumpen en un banco en busca, aparentemente, de un gran botín. Hasta ahí nada que no se haya hecho antes. Pero son los elementos que se van sumando y la mano del realizador lo que empieza por hacer la diferencia.

Los delincuentes —comandados por un sujeto de formidable intelecto— se apertrechan desde un inicio en el interior y toman a 40 personas como rehenes. Se trata de una sucursal del Manhattan Trust Bank, en pleno Nueva York y su intención —eso va quedando claro con el paso de los minutos— no es ni por mucho robar y huir, de modo que la paranoia terrorista crece.

La peculiaridad está en la forma en que se arma la intriga. Varios detalles del final quedan al descubierto muy pronto; Spike Lee usa los interrogatorios policíacos de los rehenes y los inserta a lo largo del relato, mientras va desvelando la estrategia de su presunto terrorista Dalton Russell (Clive Owen) y la de las dos alas policiales en el conflicto, la inteligencia a cargo de Denzel Washington y la fuerza de los grupos de elite al mando de Willem Dafoe.

El director —hay que decirlo— no pierde oportunidad e inserta en varios momentos su característica crítica social, con cierto énfasis en los conflictos de orden racial.

Pese a superar las dos horas de pantalla, el ritmo no decae; de hecho, cuando el filme parece enfilarse al diálogo solitario entre Owen y Washington, la historia es partida por el personaje de Madeleine White (Jodie Foster), una negociadora profesional que al margen de la ley intenta lograr una solución indolora para los propietarios del banco. Curiosamente, este personaje resulta ser el que mayor poder posee; sin armas ni dinero, la información a la que tiene acceso le abre cualquier puerta y la lleva a imponer condiciones.

Desafortunadamente, lo que uno supone que sería la vuelta de tuerca más importante no tiene un gran impacto. Las ocultas intenciones de los falsos asaltabancos no son ni todo lo claras ni todo lo sólidas que uno quisiera. Más aún, el empeño, la sagacidad y la exactitud del plan ideado por el jefe del comando de los malos resulta excesivamente sobrado para no llevarse un solo dólar de la bóveda. Vaya pues, el fin no parece justificar tanta parafernalia.

El final de El plan perfecto, no hay nada de malo en decirlo, tiene mucho de cintas como Cuenta final (The score, 2001) y El secreto (Confidence, 2003). Ello no le quita nada al resto. Los personajes alcanzan dimensión y profundidad, aun sin mostrar mucho más que su lado profesional. La tensión alcanza un muy buen nivel gracias a una buena dirección que sostiene su idea sin despliegues espectaculares, sin más explosiones que las de inofensivas bombas de humo ni más disparos que los de balas de goma.

El remate es un tanto convencional, pero el producto completo cumple bien con su cometido.

 
 
 

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