LOS PRÓXIMOS TRES DÍAS

DIRECCIÓN: Paul Haggis
TÍTULO ORIGINAL: The Next Three Days (2010)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Paul Haggis; basado en el argumento de Fred Cavayé y Guillaume Lemans
FOTOGRAFÍA: Stephane Fontaine
MÚSICA: Danny Elfman
DURACIÓN: 130 minutos

 
 
 
 
   
 
 

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Remake de la película francesa Pour elle, exhibida en nuestro país en el 13° Tour de Cine Francés, Los próximos tres días es en apariencia un convencional melodrama que evoluciona en su segunda mitad y toma un impulso que la vuelve un thriller de mucha más energía, quizás inverosímil en su premisa, pero interesante e inteligente en su ejecución.

John Brennan (Russell Crowe) es un profesor universitario cuya esposa (Elizabeth Banks) es detenida una mañana y enviada a prisión, acusada del asesinato de una compañera de trabajo, lo que da pie a un drama doméstico, centrado en la frustración creciente de la pareja a lo largo de tres años de derrotas en los tribunales y los fracasos en las apelaciones.

Agotados los recursos y llevada la historia a un punto muerto, el guion de Paul Haggis propone un giro. Desesperado por la situación y basado únicamente en la inmensa fe por su esposa, Brennan toma la determinación de sacarla, por lo que se propone elaborar un plan de fuga, asesorado por un expresidiario (Liam Neeson en un breve cameo) que logró vulnerar la seguridad de la prisión en más de una ocasión.

El ritmo lo es todo en la segunda hora de la película; obligado a ejecutar acciones precisas y a contrarreloj, el protagonista se impone el diseño de un cronograma detallado con el que se propone no sólo vulnerar la vigilancia carcelaria, sino obtener una ventaja ante una posible persecución. El reto para Haggis como realizador es hacer creíble lo improbable, crear secuencias y entornos angustiosos estirando el suspenso al límite para mantener a flote su historia.

Aunque lo logra, la cinta hace concesiones molestas en otros terrenos. La duda sobre la inocencia de ella, que coloca al protagonista en una posición moralmente ambigua (pero atractiva, qué caramba), es eliminada con un innecesario flashback que introduce una explicación sobre lo sucedido y que en el fondo irrespeta al espectador a quien se considera menor de edad, incapaz de llenar los huecos de una historia con puntos suspensivos.

 

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