PRUEBA DE FE

DIRECCIÓN: Stephen Hopkins
TÍTULO ORIGINAL: The Reaping (2007)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Chad Hayes, Carey W. Hayes
FOTOGRAFIA: Peter Levy
MÚSICA: John Frizzell
DURACIÓN: 99 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Dios es un ser indescifrable que habla a través de textos crípticos, que actúa a través de extraños mensajeros. Convertirlo en un personaje activo dentro de un relato es altamente riesgoso, pues en la literatura, e incluso en el cine, los dioses sólo intervienen para detener el orden lógico de los acontecimientos y modificar el curso del mundo.

Prueba de fe es un filme de suspenso que retoma y reedita, en el seno de un poblado conservador del sur de Estados Unidos, el relato bíblico de las diez plagas enviadas por Dios sobre Egipto. Funciona maravillosamente mientras mantiene cierta ambigüedad acerca del origen sobrenatural de los fenómenos que presuntamente ocurren en el poblado, pero falla al resolver por la vía fácil los conflictos que imprimen mayor tensión dramática en la cinta.

Katherine Winter (Hilary Swank) es una exmisionera que ha perdido su fe en Dios y que ahora trabaja como investigadora de la Universidad Estatal de Louisiana, donde su labor se centra en explicar supuestos milagros a la luz de las evidencias científicas. Una mañana, un profesor de Haven, un pueblo escondido en la zona de los pantanos, busca la ayuda de Katherine y de su socio Ben (Idris Elba), pues las aguas del río parecen haberse convertido en sangre; lo peor, es que los habitantes han hecho responsable a una pequeña niña llamada Loren McConnell (AnnaSophia Robb).

Otros eventos, plagas de ranas y moscas, muerte de ganado, se desencadenan dentro de los márgenes de cualquier explicación racional. El director, Stephen Hopkins, emplea bien los elementos con los que cuenta; estira al máximo el suspenso, dosifica las secuencias violentas, las muertes, y a cambio emplea golpes de efecto que mantienen al espectador en el relato sin hacerlos su único recurso.

El mayor aliado de Hopkins en esta empresa es, sin duda, su encargado de los efectos especiales, Richard Yuricich, quien trabaja con notable realismo mientras el guion se lo permite; es decir, nada dentro de la escena parece totalmente descabellado, al menos hasta los últimos 20 minutos de rodaje.

Los defectos, pues están a nivel de argumento, porque si bien uno se encuentra con personajes interesantes como Ben, quien hace investigación escéptica en busca de probar la existencia de milagros genuinos, también se halla con situaciones forzadas e irreales como la existencia de un sacerdote (Stephen Rea) que, muy convenientemente para la historia, conoce de simbología y ofrece a la protagonista todas las claves que necesita.

El asunto es que llevar el relato a un punto decisivo y poner a los personajes a un paso de la muerte exige una resolución de igual complejidad; cualquier cosa que implique hacer despertar al protagonista de una supuesta pesadilla o pretender que alguna fuerza divina resuelva el conflicto, significa abaratar todo lo demás. Prueba de fe carga con ese pecado, porque si bien ofrece una última vuelta de tuerca en los segundos finales, también distrae a Dios y sus ángeles de actividades más importantes para arreglarle sus broncas a Hilary Swank, quien durante más de la mitad de la película no hace sino tratar de probar que ni Él ni el Diablo son reales.

Dios tiene talento para la comedia, pero, aceptémoslo, es un actor limitado en otros géneros. Los thrillers, por ejemplo.

 
 
 
 
       

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