Héctor Campio López | @campiolopez
Aunque sus productores la clasificaron como un drama, Puños rosas es en realidad una gran película de misterio que se pudo ahorrar muchas complicaciones. Ambas se plantean desde el inicio de la película, cuando una camioneta en lejanía se detiene en medio del desierto. Ahí van un señor de grandes patillas (Kándido Uranga), un moreno de tipo norteño (José Yenque) y un gordito que le va a los Tomateros de Culiacán (Jesús Ochoa). Suponemos que son amigos porque van platicando y hay quien va fumando un cigarro de marihuana.
Pero no. Se trata de una ejecución. Cuando se bajan de la camioneta, el de las patillas le da un plomazo al gordito. Es una ejecución rara y sin clichés, porque antes de morir, la víctima, que parece de lo más resignada, no cava su propia tumba ni tampoco hace nada para evitar la muerte. Tampoco pide perdón ni llora, antes bien le encarga la esposa al otro matón. Lo extraño es que ni en el funeral, ni en el resto de la película sabremos nada de la viuda. ¿La mataron también? ¿Cruzó la frontera y se fue del país? ¿En realidad no existía? Misterio.
Es posible que la muerte del Chicote (el apodo del gordito de los Tomateros) sólo haya sido un pretexto para que conociéramos a Jimmy (Rodrigo Oviedo), un muchacho que trabaja en la funeraria donde velan al primero y que es boxeador. Lo podemos ver bañando un cadáver y después de tallarle la espalda, darle un par de puñetazos a un costal de arena. Pero en cualquier caso, ¿por qué eliminar a un personaje tan simpático al principio? ¿No era más fácil poner a Jimmy a que atendiera una zapatería o una tienda de mascotas?
Cambio de locación. Vemos a Omar Chaparro asando unos bisteces mientras escuchamos una canción de Cepillín. No sabemos a quién festejan, pero por los globos suponemos que es una fiesta infantil. Es la casa de La Güera (Isela Vega), jefa de una banda de ladrones de autos en la frontera. Entre los invitados se encuentra Adal Ramones (con rizos de Laureano Brizuela y sobreactuando un papel de abogado tembleque) y también están el par de matones de la primera escena, que se llaman Chanoc y Germán. Con La Güera está platicando Freddy (Randy Vazquez), un chicano que le trae tirria a Germán por causas desconocidas.
Por imprevistos, como suele tener la vida, tanto Germán como Jimmy van a parar a la cárcel de Matamoros. En este momento la película comienza a llenarse de personajes y muertes gratuitas que podrían no haber existido y la historia no cambiaría nada: un gringo gordo al que ejecutan y meten en un refrigerador de hielos, un diputado al que le pegan varios tiros en la barriga al momento robarle su coche y muere dentro del auto, un conductor de una camioneta al que Chanoc le da un balazo por impertinente.
Sin embargo, también es posible que estas situaciones de sangre sirvieran para contrarrestar el color rosa que iluminó la relación entre Germán y Jimmy, quienes se conocieron en la cárcel a través de Lola (Roberto Espejo), un sujeto obeso y calvo que se viste de mujer y que deja que Jimmy se quede a dormir en su celda desde que llega a la prisión. Este personaje, por cierto, es de los más sólidos en la trama.
Es posible que usted haya escuchado o leído en algún lado que entre los tres personajes había una relación gay. Sin embargo, hay pocos elementos para asegurarlo. Por ejemplo, ¿usted cree que Germán tenía intereses extradeportivos en Jimmy y por eso lo sacó de la cárcel? O en la escena donde Germán se lleva a cenar a Jimmy a un restaurante y después le regala un reloj de oro en un bonito estuche ¿Escuchó usted alguna melodía romántica?
O en aquella otra donde Germán se cita con Jimmy de noche en un motel y después de que el primero le dice "tenía ganas de verte", ¿vio que se dieran un beso, se tomaran de la mano o mostraran sus torsos desnudos?
Mejor aún, ¿escuchó en los diálogos algún mensaje subliminal o críptico que indicara que entre ellos dos había una relación pecaminosa? Cuando Germán le propone a Jimmy ir a conocer Puerto Vallarta, ¿supuso usted que aquél tenía otra intención?
Es cierto que hay algunos diálogos confusos, pero puede ser que usted haya interpretado en forma equivocada. Si el director hubiera querido hacer una película con temática abiertamente gay no habría puesto tantas ambigüedades. ¿O si?
Sin embargo, en caso de ambos personajes realmente tuvieran algún tipo de relación amorosa, es difícil creer que el amor tenga tanto poder sobre los hombres y sobre los proyectos de vida. Tanto poder que obligue a un matón casado y con un trabajo estable robando coches a dejar a su esposa y retirarse del negocio, tanto poder que orille a un boxeador prometedor a retirarse de súbito de los rings para irse a asolear a la playa. ¿Cree que Germán cruzó nadando el Río Bravo, herido en un brazo y con un portafolios lleno de dinero sólo por amor?
También es posible que haya escuchado que Puños rosas parece una película de los hermanos Almada. Pero ¿Se imagina usted a don Mario en una escena compartiendo la celda con un trasvesti calvo que canta como cabaretera? Yo no. |