Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Scary movie 4 sólo puede ser juzgada desde un parámetro posible: es entretenida o no lo es. La verdad, sí lo es... No es su guion, no son sus grandes actuaciones; es la simple capacidad que todavía conservan algunas personas en Hollywood para no tomarse en serio y burlarse —así lo hagan de manera superficial— de su propia industria.

Quizá sin la frescura de la primera película, que nació en un momento en que las cintas de "terror" estadounidenses no eran sino sólo una interminable sucesión de clichés, esta cuarta parte se ocupa de parodiar varios filmes exitosos del 2005 como La guerra de los mundos, Juego macabro (Saw), La maldición (The Grudge), La aldea (The Village), Secreto en la montaña (Brokeback Mountain) o Golpes del destino (Million dollar baby), todo con su respectiva dosis de absurdos, de mal gusto y humor escatológico.

Lo notable del trabajo radica en que aun tratándose de una imitación pretendidamente barata, las recreaciones llegan a ser muy fieles a las versiones originales y a arrancar varias carcajadas. A esto también contribuye la aparición de figuras conocidas como Shaquille O'Neal, el Dr. Phil (famoso psicólogo de la TV estadounidense) y Carmen Electra, además del ya veterano comediante Leslie Nielsen y de Anna Faris, quien parece ser la sucesora natural en las comedias absurdas.

Además, hay que admitir que con todo y que no es muy despiadada en su crítica, Scary Movie 4 tiene al menos dos secuencias con dedicatorias muy crueles: una, en la que se ve al presidente de Estados Unidos leyendo un libro infantil en una escuela pública mientras sus asesores le avisan que el país está siendo atacado —tal como ocurrió durante la tragedia del 9/11—, y la otra, en la que se caricaturiza la patética aparición del cienciólogo Tom Cruise en el show de Oprah Winfrey, esforzándose por convencer al mundo de su heterosexualidad y de su amor por Katie Holmes.

Y bueno, aunque resulte irrelevante hablar de la historia, baste decir que todo gira en torno a un inexplicable ataque de extraterrestres que destruyen todo a su paso a bordo de varias iPods gigantes. La única forma de vencerlos es encontrar un secreto guardado en una lejana aldea habitada por sujetos que viven como si fueran una comunidad del siglo XIX. Por supuesto, la relación entre los gags está planteada de manera muy forzada y la cinta se siente inusualmente cansada hacia el final, pero funciona bien.

Es un hecho que la franquicia se agotó; después de Scary Movie 2 que fue una verdadera porquería —lo cual ya es un decir para este tipo de cintas— uno hubiera pensado que no habría más; sin embargo con un poco de buena voluntad se pudieron hacer dos secuelas más con resultados más o menos buenos.

El cartel promocional asegura asegura que ésta es "la cuarta y última parte de la trilogía". Puede ser otra broma más, pero ojalá sea cierto.