SE RENTA ESPOSA

DIRECCIÓN: Eric Lartigau
TÍTULO ORIGINAL: Prête-moi ta main (2006)
PAÍS: Francia
GUION: Alain Chabat, Laurent Zeitoun, Philippe Mechelen, Laurent Tirard, Grégoire Vigneron
FOTOGRAFIA: Régis Blondeau
MÚSICA: Erwann Kermorvant
DURACIÓN: 90 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

Matrimonio por conveniencia (Green Card), la cinta dirigida en 1990 por Peter Weir es todavía hoy uno de los intentos más notables hechos en Hollywood por desmarcarse de los estereotipos dominantes en la comedia romántica, sobre todo porque de alguna forma dejó de obedecer a un esquema rígido de acciones que eran condición en otras películas del género. Romper pues el esquema, fue suficiente.

La comedia romántica francesa no está ajena a los convencionalismos y sin embargo suele parecer más fresca, más amable y hasta más llena de naturalidad en sus planteamientos. Se renta esposa (Prête-moi ta main), de Eric Lartigau tiene algo de eso, gracias en gran parte a que sus personajes románticos se cuestionan muy poco en su vida diaria sobre el amor y las relaciones de pareja, nadie se toma realmente en serio y no hay nada en el tema que no pueda ser tratado con humor.

Luis Costa (Alain Chabat) es un soltero de 43 años, experto creador de perfumes, habituado a una vida sencilla, rodeado de un enorme grupo de mujeres formado (excluyendo a sus12 sobrinas) por su madre viuda y sus cinco hermanas, las cuales están cansadas de encargarse de cosas elementales como el lavado y planchado de su ropa. El G7 (como se autodenominan ellas) toma la decisión de casarlo, así que comienzan a hacerle citas y a presentarle amigas.

Antes de ser doblegado por la presión, Luis toma acción y decide contratar a Emma (Charlotte Gainsbourg), para que durante ocho semanas se haga pasar por su prometida. El día de la boda ella lo dejará esperando en el altar y el plan quedará completado; el golpe será tan doloroso y definitivo, que ninguna volverá siquiera a mencionarle la posibilidad de casarse.

La referencia a Matrimonio por conveniencia no es tan gratuita como parece. De algún modo, Emma y Luis están unidos por el mismo vínculo que Brontë (Andie McDowell) y Georges (Gérard Depardieu) en aquella: el interés. Ambos tienen planes por separado y la farsa les ayudará a realizarlos.

El enamoramiento previsible entre los protagonistas al menos tiene su chiste. La diferencia de edades y los mundos separados a los que pertenecen respectivamente sirven bien a la trama, pues en realidad, salvo su contrato, pocas cosas los unen, lo cual ayuda a mantener a raya y a no apresurar las escenas de amor.

Los tramos delicados en los que necesariamente uno se sincera frente al otro, por lo general están atenuados por momentos de humor que surgen de la torpe interacción entre ellos como pareja y de las fallas en la planificación.

El enamoramiento no surge entre ella y él, sino entre ella, las hermanas y la madre de Luis. Y quizás sea ese matriarcado y todo ese argüende el que le da su verdadera vida a la película. Muy lejos de detenerse en la contemplación de los espacios o en la introspección de sus actores, Se renta esposa tiene el encanto de la casa siempre llena, en la que la intimidad ha dejado de tener lugar y en la que los sentimientos se gritan en presencia de todos.

Alain Chabat y Charlotte Gainsbourg logran buena química como pareja dispareja. Pero el elogio a la labor de ambos hay que hacerlo extensivo al elenco secundario de seis mujeres y al estupendo Grégoire Oestermann, quien interpreta a Pierre-Yves, el tacaño amigo de Luis y al hermano de Emma.

Como en otras ocasiones afortunadas, este filme de Eric Lartigau funciona gracias a un principio simple que radica en romper un poco el esquema y no tomarse el amor como un asunto de gravedad.

 
 
 
 
       

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