SUPER ENGÓRDAME

DIRECCIÓN: Morgan Spurlock
TÍTULO ORIGINAL: Super Size Me (2004)
PAÍS: Estados Unidos
GUION: Morgan Spurlock
FOTOGRAFÍA: Scott Ambrozy
MÚSICA: Steve Horowitz, Michael Parrish
DURACIÓN: 100 minutos

 
       

Juan Carlos Romero Puga | @jcromero

En los últimos años, las grandes cadenas de comida rápida como McDonalds, Wendys, Kentucky Fried Chicken o Burger King, han visto crecer el número de demandas en su contra por parte de clientes furiosos que los acusan de ser responsables de su obesidad y de diversos problemas de salud derivados de ésta.

Si bien algunos de estos litigios resultan francamente ridículos, el caso pone en evidencia un problema mucho mayor que el realizador de Super Size Me, Morgan Spurlock, lleva a la pantalla no sin una fuerte dosis de humor negro y de valor (a juzgar por lo que puso en riesgo en la filmación): el alarmante aumento de la obesidad en una sociedad cada vez más tirada a hacer el menor esfuerzo.

Más allá de los datos duros, las cifras y las imágenes, por sí mismas elocuentes para preocupar a cualquiera y ocupar por completo el trabajo, Spurlock se sometió a una prueba. Hacer todas sus comidas en McDonalds durante 30 días. Sin embargo, había reglas muy claras: no comer nada que no se vendiera en los establecimientos, probar al menos una vez cada uno de los productos del menú y sólo consumir las presentaciones gigantes si se las ofrecían (lo cual ocurrió nueve veces).

El director, guionista y protagonista de Super Size Me se sometió asimismo al monitoreo de un médico general, una gastroenteróloga, un cardiólogo y un grupo de nutriólogos que en el filme van dejando constancia del deterioro en su salud.

A lo largo de un mes, Spurlock experimentó un aumento dramático en sus niveles de ácido úrico, colesterol y triglicéridos, subió nueve kilos de peso y sufrió episodios de hipertensión, opresión en el pecho, falta de aire, visión borrosa, episodios depresivos, disminución de la función sexual y aletargamiento que alarmaron al grupo de médicos que, en un principio, hacían cálculos conservadores sobre los posibles daños de una dieta servida por McDonalds. Spurlock consiguió, en mucho menos tiempo del planeado, poner su hígado al borde del colapso .

Si bien el documentalista exhibe el nulo compromiso ético de los propietarios de estas cadenas de fast food, no exime de responsabilidad a individuos con la suficiente cara dura para llevar una dieta de cerca de 5 mil calorías diarias y con la suficiente desfachatez para consumir todo tipo de productos para adelgazar, siempre y cuando éstos no les exijan hacer el menor esfuerzo.

Morgan Spurlock debió emplear cerca de 18 meses para deshacerse de los nueve kilos extras que consiguió en un mes. Desintoxicar su cuerpo le llevó un poco menos: con la ayuda de una dieta balanceada y vegetariana ocho semanas fueron suficientes para contrarrestar los estragos de la grasa y el azúcar

Quizás un tanto cuanto moralista, el mensaje del realizador resulta válido sin embargo. Lo que antes eran hamburguesas, papas a la francesa y refrescos grandes, hoy son el tamaño "para niños"; si somos capaces de beber un galón de Coca-Cola con una comida y luego preguntarnos por qué nuestra salud parece más vulnerable que la de anteriores generaciones, algo anda mal.
 
 
 
 
       

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