Héctor Campio López | @campiolopez

La espectacularidad de los combates en la guerra suele eclipsar la tragedia humana de las víctimas inocentes, aquellas que no poseen ningún arma, pero que también son blancos de las balas. Su sufrimiento es dramático, desolador, pero sin artificio. La tumba de las luciérnagas (Hotaru no Haka) es así: como una herida profunda, cuyo dolor se agudiza progresivamente hasta convertirse en una irremediable tragedia.

En los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, las ciudades japonesas son asoladas por los bombardeos del ejército de Estados Unidos. Los civiles huyen despavoridos al sonar las alarmas que los convocan a los refugios. En una de esas ciudades vive una pequeña familia, hasta que es desintegrada por la devastación y la muerte que deja el fuego lanzado desde los aires.

Sin padre o madre que los proteja en este escenario de cadáveres y ceniza humeante, el niño Seita y su hermanita Setsko tienen que encontrar la manera de sobrevivir. Algunas escenas de llanto, de cuerpos lesionados y seres inermes son suficientes para hacer explícito el daño bélico, invisible desde los frentes de combate.

Las ingenuas acciones de los personajes en su aventura para protegerse a sí mismos conmueve. A la vez, enternece el afecto que hay entre ellos y esa imposible seguridad que intentan brindarse el uno al otro. Es cuando se ven orillados a vivir en la marginalidad, que descubren su incapacidad para consolarse, impotentes ante la cruel devastación e incapaces de ejercer una responsabilidad para la que no están preparados.

La escena que da nombre al título de esta película, ocurre en una cueva a la orilla de un lago donde los niños intentan construir su hogar. Se trata de una metáfora sobre el duelo y la injusticia que suele representar la muerte.

La atmósfera musical a lo largo de la película contribuye a hacer de sus escenas algo mucho más que triste para una cinta animada. Alejada de cualquier moraleja, la cruda historia deja tras de sí el desconsuelo de la paz fracturada, del mundo infantil resquebrajado por el dolor.

La tumba de las luciérnagas es una obra del japonés Isao Takahata, colega de Hayao Miyazaki (El viaje de Chihiro), basada en experiencias autobiográficas del escritor Akiyuki Nosaka. Será una película traumática para quien piense que la muerte de la mamá de Bambi o la de Mufasa son lo más triste en el cine de animación. En México está disponible en DVD desde enero de 2012.